Por los pueblos han comenzado a sacar en procesión al santo patrón y Josep María Soler, abad del monasterio de Montserrat, anuncia rogatorias a La Moreneta para que interceda en el asunto.

No, no estamos hablando de la sequía. El problema es más serio y llena de inquietud a la sociedad catalana, sobre todo desde que el pasado sábado, preguntado por enésima vez, el hombre respondió con un tajante "¡basta ya!" que sonó a portazo, él con lo sensato y comedido que suele ser. Su reacción ha impedido que los Estopa, entusiastas hinchas del Barça, se echaran atrás en su intención de implorarle a su rumbosa manera que acabe con la especulación por el bien del país durante el concierto que ofrecieron el pasado sábado en el Palau Sant Jordi.

Mossén Josep María también ha recapacitado y finalmente optará por rezar junto a sus benedictinos en la recoleta intimidad, que a efectos de atención divina sirve igual.

Sin embargo un instituto de enseñanza media barcelonés no piensa alterar sus planes, y en el Hamlet que están ensayando con vistas al final de curso han decidido cambiar el ser o no ser, esa es la cuestión, por un renovar o no renovar, he ahí el acertijo a modo de protesta contra el Buda de Santpedor, que les tiene con el corazón en un puño, ya le vale con tanto misterio y suspiro existencialista, como si el barcelonista de a pie no tuviera ya bastantes problemas como para encima estar en un sin vivir por culpa del reverenciado entrenador azulgrana.

"Para renovar tengo que sentirlo", argumentó hace una semana Pep Guardiola para decir que no dice nada, llenando de desazón a los culés. Intrigado por semejante enigma, el pueblo llano se pregunta: ¿qué cosa conturba y provoca la insoportable levedad en su cuerpo serrano; tanta que le ha hecho insensible a los ruegos, genuflexiones y rezos marianos?

¿Acaso ya no tiene sentimientos? ¿Se ha cansado de ganar? ¿Los síntomas que anuncian una Liga vestida de blanco le han causado tanta zozobra que está deprimido y por eso claudica? ¿Prefiere abandonar ahora, en la cima del éxito, como paladín de una época irrepetible y no esperar al vértigo del ocaso? ¿Se está haciendo de rogar para hacerse el interesante, el muy malandrín?

Circulan por los mentideros voces de gente que jura haberle visto levitar, como si fuera un monje tibetano transido; y en los ambientes futbolísticos más o menos intoxicados comienzan a propalarse los nombres que el Barça maneja para sustituir al Gran Timonel de la nave azulgrana si finalmente en su lucha interior se impone el yin sobre el yang, o al revés, y decide abandonar.

Y resulta que nuestro Marcelo Bielsa es el mejor colocado para heredar el imperio azulgrana...

¡¡¡Guardiola renueva, pero ya!!!

En consecuencia, no hay más remedio que sumarse al coro de lo implorantes, porque una cosa es que el gran Pep tenga sus rarezas de genio y se haga de rogar, y otra bien distinta que ataquen a nuestro loco particular, que nos tienen enloquecidos con lo bien que está llevando el Athletic.

¿Será una maniobra artera para desequilibrarnos ante la final copera? ¿Acaso también es tiempo para que le demos la matraca con mucho cariño y acudamos, si hiciera falta, en socorro a las monjas clarisas de Gernika para que Bielsa anuncie su renovación sin más dilación y así la hinchada rojiblanca pueda respirar tranquila y descuidada?

Está también el técnico argentino en proceso de, y mientras tanto el Athletic sigue a duras penas, pero firme, su buena singladura balompédica. Ya aguarda con enorme ilusión su enfrentamiento con el United y en la Liga arrancó un punto de Villarreal que ni tan mal, teniendo en cuenta que Gorka Iraizoz volvió a dar otra lección de irregularidad pifiándola en el momento decisivo de un partido que se había puesto de dulce tras la poderosa irrupción de Fernando Llorente (felicidades, crack, por el gol, esos 27 tacos y, ya, de paso, ¿por qué no renuevas tú también y nos llenas de felicidad?).

Corramos un tupido velo al empate, pues los rivales directos hacia la meta europea no andan con mejores argumentos. Por eso está así de apasionante el campeonato, torcido por arriba y retorcido por abajo, con un Zaragoza decididamente hundido, el Racing y el Sporting haciendo aguas y media docena de equipos más pidiendo a gritos un flotador.

El Barça del impenetrable Guardiola, en cambio, sojuzgó al Atlético de Simeone tras un competido partido, sentenciado tras otra exhibición de fantasía por parte de Leo Messi, y mantiene la persecución del Real Madrid, donde Cristiano Ronaldo también volvió a ser decisivo.

Marcó de tacón al insurgente Rayo y desde las emisoras de radio y en las webs brotó un torrente de elogios.

Hace poco, ante el Albacete, Gaizka Toquero anotó con la misma belleza y manera... mejor no seguir.