el pesimismo se extiende como una mancha de aceite incontrolada y amenaza al conjunto de la economía europea. Así se ha puesto de manifiesto en Davos, la ciudad suiza donde se celebra el Foro Económico Mundial desde 1971, cuyo fundador e impulsor, el profesor Klaus Schwab, afirma que "el capitalismo en su forma actual ya no encaja en el mundo que nos rodea". Así pues, el debate ha girado en torno a preguntas como: ¿el capitalismo tiene futuro? ¿Es apto para el siglo XXI? Y si lo es, ¿qué debe cambiar?

Interrogantes que tratan de buscar soluciones nuevas para problemas viejos. Sin embargo, pese a su importancia y trascendencia, no han sido despejadas por las 2.600 personas más ricas y poderosas del mundo que han participado en el foro, hasta el punto de que lo único clarificador ha llegado de la opinión del presidente del Sberbank de Rusia, German Greff, para quien "es mejor un final terrible, que algo terrible sin fin". Frase lapidaria que pronostica un final terrible para algunos países o empresas, como Spanair, antes de que se convierta en interminable un escenario terrible para todos. Y, llegados a este punto ¿qué países o empresas pueden sufrir ese final terrible?

En la mente de todos está Grecia, pero ¿qué puede decirse de España? Observemos algunos datos objetivos, como la destrucción de empleo que afecta ya a casi 5,3 millones de personas. No vamos a incidir, una semana más, sobre sus consecuencias (reducción del IRPF, menor consumo y menor recaudación del IVA), porque hay otras noticias que proyectan un panorama muy preocupante. Es el caso de Arcelor Mittal, la mayor siderurgia del mundo, que anunciaba en noviembre paros temporales en la Acería Compacta de Bizkaia (ACB) en Sestao y en la planta de Villaverde (Madrid), junto a de Lieja (Bélgica), Florange (Francia), Eisenhüttenstadt (Alemania) y Rodange y Schifflange, ambas en Luxemburgo.

Con el nuevo año, la refinería Petronor, de Muskiz (Bizkaia), integrada en el grupo Repsol, anunció el pasado día 6 que durante este mes de enero va a reducir en 100.000 barriles diarios su producción de combustibles derivados del petróleo "debido a la caída de la demanda de gasolina" en los mercados español y americano por la crisis económica. Es la primera vez en la historia de la empresa (se puso en marcha en 1970), que para la Unidad de Cracking Catalítico en Lecho Fluidificado (FCC), implicada en la producción de gasolinas.

Como podemos ver, dos sectores tan importantes como el acero y los carburantes comienzan a sufrir las consecuencias de la crisis. La sociedad se adapta a los nuevos tiempos en los que la caída del poder adquisitivo significa consumir menos, como muy bien puede deducirse del recorte de 10.000 unidades del modelo Polo en la planta que Volkswagen tiene en Pamplona. Una decisión que, como dice el presidente del comité de empresa de la planta navarra, "invita más a la incertidumbre que a las certezas" y por ello habrá que planificar "esta travesía en los próximos años".

A modo de dato complementario, hay que señalar que Volkswagen tiene 48 plantas repartidas por todo el mundo y vende sus coches en 154 mercados diferentes y otro tanto puede decirse de Arcelor Mittal y de Repsol. Los recortes de producción anunciados no solo afectan a los puestos de trabajo directos de las citadas plantas, sino que generan un considerable empleo indirecto que incidirá negativamente en la industria vasca muy relacionada con estos sectores. De modo que el panorama es bien negro, aunque puede empeorar.

Por ejemplo, si se confirman las sanciones de EE.UU. y la UE sobre el petróleo de Irán y si este país bloquea el estrecho de Ormuz, como ha anunciado. Las consecuencias pueden ser un aumento considerable del precio del crudo y la consiguiente tensión inflacionista que reduzca, más si cabe, el consumo. Toda una espiral negativa que conduce a una nueva recesión en Europa para este 2012 a la que también ha contribuido la obsesión de los dirigentes europeos de realizar ajustes presupuestarios que reduzcan el déficit público sin que se hayan tomado medidas para estimular la economía.

Ahora bien, el negro del pesimismo no lo invade todo. Hay algún rayo de esperanza que da sentido a la acotación ma non troppo (pero no demasiado) del titular, siempre y cuando el conocimiento y la tecnología acompañen de forma eficaz el escenario vasco, tal y como ha evidenciado Fagor Arrasate que esta semana pasada ha obtenido del Volkswagen un pedido superior a veinte millones de euros para el suministro de una línea de producción, única en el mundo, que se instalará en una planta del fabricante alemán de coches en Sudáfrica. La línea permite incrementar la producción hasta en un 40% entrará en funcionamiento hacia el verano. Previamente será mostrada a casi un centenar de directivos de empresas de automoción como BMW, General Motors, Ford, Seat, Audi, Gestamp, Magna o CIE. Así pues, el conocimiento y la tecnología pueden evitar un final terrible.