Qué hacían José Manuel Francisco y Agustín Aranburu, entrenador y vicepresidente de Urdaibai, respectivamente, y Marcos Maynar, famoso médico extremeño, reunidos el pasado 17 de mayo en Talavera de la Reina (Toledo) según atestiguan agentes de la Guardia Civil que seguían sigilosamente sus pasos a instancias del jueza instructora de la denominada Operación Estrobo?

Teniendo en cuenta que estuvieron en un local de comida rápida, pues se tomarían una hamburguesa, supongo, mientras dialogaban sobre el tiempo, naturalmente. Luego revisaron algo en un ordenador, dijeron los agentes, probablemente recuerdos de familia, y es muy posible que después visitaran la Basílica de Nuestra Señora del Prado, de estilo renacentista y barroco, y famosa por albergar una magnífica colección de cerámicas de los siglos XVI al XX.

La casuística de tan extraña reunión puede responder a los parámetros aquí sugeridos, aunque también cabe la posibilidad de un intercambio de cromos o, como hablaron de "un pedido de 24 cajas 1.800", desvela la Guardia Civil en su informe, a lo mejor se trata de una pócima para estimular "las ganas de comerrr...", como aquel anuncio televisivo de los años sesenta destinado a fomentar el consumo de alcohol entre los niños, hay que joderse; o las ganas de remarrr...

Es lo que tiene la casuística, que lo mismo vale para un roto que para un descosido.

Ahora bien. En todo este amargo y turbio asunto sobre un presuntodelito de dopaje que emponzoña las relaciones entre Kaiku y Urdaibai; las de sus respectivos pueblos, Sestao y Bermeo y, por extensión, al mundo del remo, hay un dato de momento irrefutable: ningún bogador de la Bou Bizkaia ha dado positivo en alguno de los controles a los que han sido sometidos tanto en la Liga ACT como en los diferentes campeonatos en los que han competido.

Entonces, ¿de qué estamos especulando? Para empezar sobre la presunción de inocencia, concepto fundamental para entender la justicia que los siete clubes que ayer votaron en la asamblea extraordinaria de la ACT a favor de la suspensión cautelar de la embarcación bermeotarra se han pasado por el forro de sus caprichos.

Pero también estamos hablando de otro asunto, bastante ruin, como es la venganza, consecuencia, a su vez, del mal perder y las rencillas personales que arrastran dos divos de esta modalidad deportiva como son José Manuel Francisco y José Luis Korta, responsables de la preparación de las traineras de Urdaibai y Kaiku.

¿O a caso hay alguna persona sensata que pueda imaginar a Korta acusando a los remeros de la Bou Bizkaia de dopaje si Kaiku hubiera ganado el año pasado la Bandera de La Concha?

Marcos Maynar, imputado en la Operación Estrobo, forma parte de un nebuloso círculo de médicos con fama de brujos, que logran mejorar el rendimiento deportivo suministrando unas pócimas mágicas, fabricadas con sus adecuados ¿enmascaradores, les llaman?, capaces de eludir hasta los controles por satélite de la NASA, de ahí su reputación y fama; y la evidencia de que pueden seguir ejerciendo la profesión, porque ante todo sigue estando la presunción de inocencia.

Pero puestos a entrar en batalla, Marcos Maynar acaba de denunciar a Korta y a su asesor médico, Guillermo Cuesta, ante la Agencia Estatal Antidopaje (AEA) por "presuntas malas prácticas médicas en varios clubes" "que pueden haber puesto en peligro la salud de los deportistas". La denuncia se basa en las manifestaciones realizadas ante la juez de Gernika que instruye el caso por remeros de la Bou Bizkaia cuando estuvieron a las órdenes de Korta en el club de Castro y también en Kaiku; y porque Maynar conoce a los colegas de la competencia, y Guillermo Cuesta también tiene una bien ganada fama de brujo entre la profesión.

A la espera de acontecimientos ya va siendo hora de que los responsables de Urdaibai y Kaiku corten de una vez por lo sano con estos personajes, que han soliviantado el pulso del remo y quebrantado la armonía entre los pueblos, y que de una puñetera vez se articule una Ley del Deporte que meta el código penal, para que todo aquel que sea capaz de recurrir a métodos dopantes para buscar reconocimiento y dinero rápido y fácil se lo piensen dos veces.

Con el si bebes no conduzcas, funciona. Vaya que sí.