LO de Euskadi Directo no hay que tomárselo al pie de la letra porque este informativo que estrenó ETB-2 el lunes, como todos sus clones, sólo incluye una parte de reportajes en directo y el resto, aquí, en Madrid o en Andalucía, son enlatados. Sin embargo, de una sola conexión el lunes (sobre ocho reportajes), ayer ya se pasó a tres de once con Miriam Duque desde el estudio en animada charla con una reportera que en Muskiz relataba la fiesta organizada a una vecina centenaria y con otra que visitaba una ITV en Bergara. Euskadi Directo es un programa correcto y homologable a todas las versiones que ya circulan, aunque tal vez no esté bien ubicado en la parrilla. Desde hace años el seguidor de ETB-2 a esta hora busca concursos y los fans de Date el bote no van a cambiar de gustos tan fácil. El nuevo informativo deberá demostrar que su propósito de convertir al espectador en protagonista no es sólo una frase bonita y sólo así hará olvidar a Carlos Sobera y podrá competir con rivales como Karlos Arguiñano y Los Simpson. El día de su estreno el primer reportaje llevó al equipo a Barakaldo para informar de la muerte de una mujer a manos de su hijo. Este informativo haría bien en huir de testimonios que no aportan nada. No tiene sentido entrevistar a una vecina que no se enteró de lo sucedido hasta la mañana siguiente y que no había visto nunca al presunto asesino. El trance le tocó a Álex Pascual, que lo planteó con naturalidad, como seguramente lo habrían hecho todos los componentes de un equipo de reporteros bastante homogéneo. En los tres días de emisión pesa en su contra algún reportaje demasiado largo (la clave es la agilidad) y otros que sonaban a relleno, pero aparte de eso sólo hay un rótulo mal colocado que no dejó de tener gracia, ya que si desde una cama del hospital de Basurto "en los días despejados se ve el mar" es que Osakidetza ha mejorado mucho. Miriam Duque se muestra segura en su papel, pero tendrá que interactuar mucho más con reporteros e invitados para mostrar su verdadera valía.