El fuego no tiene piedad con nadie, incluso, con los que gozan con él, como el que subscribe. Nací en un pueblo, que ahora se ha quemado lo más guapo de él: Larrate) con fuego bajo, hogaril, fogón, le llamábamos, y desde entonces no me lo he podido quitar de la cabeza y del alma. Es parte esencial de mi ser. Y de muchos. En referencia al amor de los más viejos, Flandes (Bélgica) tiene un dicho: “Cuando una casa vieja se quema, todo se quema”, en referencia al amor de los viejos. Lo que tiene de bueno, es que es igual para todos, como la muerte. Arrasa con todos.