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La respuesta

La respuesta está en el viento. Esta célebre frase (que a mi me gusta más en inglés, que así es como la oí por primera vez cuando era más joven, en un disco de Peter, un pelirrojo inglés, con música de Bob Dylan, ese judío al que concedieron el premio Nobel, y no fue a recogerlo, porque mandó a Patti Smith, que la pobre se puso tan nerviosa que tuvo que volver en la canción atrás para seguir. Esa canción me ha perseguido toda la vida y ahora me persigue más. Soy la caballería rusticana que se pregunta todo. Y no halla respuesta. Me quedo con la respuesta de mi abuelo Ramón a mi madre: hay cosas que no tienen explicación. Hay cosas que no tienen explicación, pero eso no me lo creo y seguiré buscando en el viento. Le daré al viento el ritmo, el acento y el amor del sembrador.