Mila esker, Sofía
"Te jubilas, nunca lo harás de tu alma de enfermera y mucho menos de tus valores"
En 1990 el Athletic vivía una etapa de transición, entre la nostalgia de los 80 gloriosos y la búsqueda de una nueva identidad. Ese mismo año, entre pasillos menos mediáticos pero igual de decisivos, Sofía llegaba al Pabellón Jado y afianzaba su recorrido profesional dejando huella en cada rincón.
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Mientras el Athletic luchaba por reencontrarse con su esencia, Sofía se abría camino en Neuro, Plástica y Penitenciaría, compartiendo batallas diarias junto a Bego Recalde. Juntas enfrentaron noches largas y casos complejos, con humanidad y temple. Su labor era silenciosa, pero imprescindible, como un mediocentro que no marca goles, pero sostiene el equipo.
Enfermera de Basurto
La liga seguía y el Athletic resistía y Sofía, con la misma constancia, llegaba a su ubicación final: Supervisión de Guardia. Desde ahí, su labor adquirió otra dimensión. Supervisar no era solo coordinar: era acompañar, decidir con criterio, sostener con calidez y dar respuestas en momentos críticos. La Supervisión de Guardia es de una profesionalidad y contenidos silenciosos pero vitales para un Hospital como el Universitario de Basurto.
Hoy, rindo homenaje a Sofía, a su recorrido, a su saber hacer y al respeto que ha sembrado. Porque, como el Athletic, ha sido fiel a unos valores, entregada a su equipo, y siempre presente, incluso en los días difíciles. Gracias, Sofía, te jubilas, nunca lo harás de tu alma de enfermera y mucho menos de tus valores silenciosamente vestidos de zurigorri.