El declive, a mi juicio, de lo que fuera el espíritu inicial de las fiestas de Aste Nagusia, confiando en que sea publicada si así lo consideran. Gracias. Que lejos quedan aquellas fiestas populares ideadas por un grupo de personas, que fueran para todos y con un espíritu distinto al que ahora vemos, ya que año tras año vienen derivando en populistas y políticas por determinados grupos de comparseros, radicales políticos, que dirigen a los demás, haciéndose amos y señores de la fiesta en la que imponen su ley. 

Nada de agentes policiales en el recinto de sus txosnas, impidiéndoles actuar respecto a los llamados manteros, esclavos víctimas que son de mafias que venden fraudulentamente productos varios ilegales, así como contra quienes venden comida sin control alguno, e incluso evitar robos o agresiones en dicho espacio.

Asimismo, faltan al respeto y humillan a las víctimas del terrorismo y su entorno, e incluso lo han hecho respecto a la Iglesia Católica, con las otras no se atreven; tampoco quieren pagar impuestos como cualquiera otro hostelero o comerciante legal, alegando que son el “alma de la fiesta”. Ante ello el ayuntamiento bilbaino traga y reconoce su alcalde no actuar para evitar jaleos mayores, añadiendo que se ven impotentes ante los aludidos vendedores ilegales, más bien podría decirse que son incompetentes al aceptar el juego de las comparsas, no protegiendo a los agentes policiales que deben cumplir con su labor, pero carecen de medios eficaces, temen ser expedientados y agredidos como ya lo son, así como por la falta de apoyo institucional. Se les han permitido demasiadas cosas y por ello se les ha ido de las manos, campando tales grupos a sus anchas.