¡Qué valor! Han tenido que ver las orejas al lobo para que nuestros dirigentes se hayan dado cuenta, de que los médicos se jubilan, que fallecen o se van al extranjero donde son reconocidos social y económicamente, y que los recortes de todo tipo trajeron estos lodos, esta falta de profesionales. Ahora a destiempo y con urgencia buscan soluciones para gestionar el problema ante el clamor popular de la ciudadanía, harta de sus incompetencias.
Siempre hay dinero para cargos políticos de todo tipo, asesores y otras prebendas bien remuneradas, incluida la corrupción, pero siempre falta para la sanidad, educación, la ciencia. En fin, esos son nuestros dirigentes, encumbrados en el poder por sí mismos.
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