Hasta hace cuatro días como quien dice, el cine español y quienes ganaban un Premio Goya eran izquierdosos subvencionados a los que había que aborrecer. Ahora, resulta que La infiltrada, que era una película tan comunista, es de interés general. Es penoso. El cine español no es el diablo per se. Trata de todo y hay para todos. Hay cine español bueno, cine español malo y cine español regular, lo mismo que sucede en cualquier otro país que se lance a contar historias.
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