Las mujeres occidentales deberíamos dejar de quejarnos. Estamos en el mejor momento de la historia. Somos absolutamente libres para elegir. Elijo estudiar, elijo casarme o divorciarme, elijo ser madre soltera, trabajar... No deberíamos dejar que voces malignas nos confundan y veamos nubes donde luce un cielo azul. Hagamos el camino de la mano, entre nosotras y juntos a nuestros compañeros, esos que siempre están a nuestro lado, si sabemos elegir bien.
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