El malvado anciano Biden abandona la presidencia de USA como lo hacen los resentidos que se vengan por haber perdido en las elecciones y se siente humillado porque su partido le ha retirado de la candidatura a la reelección tras los errores que ha cometido a lo largo de su mandato que son los propios de alguien con graves limitaciones físicas que le incapacitaban para desempeñar su misión, pero que se ha guardado de ocultar sus instintos de crueldad hasta que los ha puesto de manifiesto al ser retirado de la candidatura que en su fantasía pensaba que le iban a renovar. Daba lástima el espectáculo que ofrecía resistiéndose a ser sustituido por Kamala Harris como candidata, pero finalmente pasó por la humillación de ser sustituido por una candidata improvisada que auguraba el fracaso rotundo tal como han acabado los demócratas. Pero ha ocultado su instinto vengativo, pues autorizó a Zelensky, a bombardear Rusia con armamento nuclear suministrado por USA y a Israel a pesar de la condena de la CPI, que elevaba exponencialmente el riesgo de confrontación mundial, tal como avisó Putin, que para hacerlo creíble, disparó un misil de características muy superiores a las habituales. Pero no parece que Biden sea capaz de dominar sus ansias de venganza, sino que además ha liberado a Netanyahu para extender el genocidio urbi et orbi aprovechando que Biden tiene aún tiempo hasta que Trump ocupe la Casa Blanca, que también conviene poner una vela al diablo a la espera del nuevo presidente, que es declarado delincuente y tiene aún pendiente varios juicios por delitos entre otros tan prosaicos como pagar sus instintos sexuales con fondos públicos.
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