La humilde yedra trepa por los árboles en medio del musgo y las lagartijas. El invierno desnuda a la naturaleza y la hace transparente. Las lagartijas al sol y la yedra trepando a sol y sombra muestran la vida y su sonrisa. No es momento de jotas bravas, arremangarse y cantar con la yedra: “Quisiera volverme yedra y subir por la paredes y entrar en tu habitación por ver el dormir que tienes.”, porque hace frío y no está para echar cohetes ni cantar a pecho descubierto como requiere la canción y el momento. El jotero de vena en cuello necesita calor de fiesta y festejo de casino o cielo abierto. Es mejor ranchera, guitarrón y sombrero mexicano: “Con dinero y sin dinero hago siempre lo que quiero… Y mi palabra es la ley...