A día de hoy, imperan la desidia y la apatía, pero, por supuesto, viviendo en régimen de todo incluido: papá y mamá pagan. Son los padres quienes deben inculcar a sus hijos la cultura del trabajo y esfuerzo; no hay nada más pernicioso que acostumbrarlos a habituarse a la sopa boba. Dénse también por aludidos los profesionales del dolce far niente. El trabajo vertebra y nos concilia con la vida.
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