Cada vez más jóvenes dependemos de nuestras familias por más tiempo, restando nuestra independencia aunque tengamos un trabajo a jornada completa. Es necesario que el Estado adopte medidas que faciliten el acceso a viviendas a precios razonables que ayuden a los jóvenes en sus primeros años después de graduarse. La vivienda está dejando de ser un derecho para transformarse en un lujo inaccesible. Cerrar la puerta de la emancipación a una generación entera es hipotecar el futuro de todo un país.
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