Se nos rompió la humanidad de dejar de usarla. Parafraseando la canción Se nos rompió el amor de tanto usarlo, podríamos decir que a pesar de la tristeza inmensa por las terribles y desoladoras noticias e imágenes de la dana en la Comunidad Valenciana, hay una sensación de que se nos ha notado un poco menos sensibilizados ante esta descomunal tragedia natural que tanta destrucción y muertos ha causado, muy agravada además por unos tremendos fallos muy humanos. Al haber estado observando día sí y día también la masacre, la destrucción gratuita, el sadismo indescriptible y la brutalidad deshumanizada sin compasión alguna que está cometiendo el terrorismo sionista de Israel contra la población civil de Gaza... y por encima de todo observando la impunidad absoluta con lo que la acomete. Lo que ha provocado que se nos impregne una apática y resignada impotencia, que afecta incluso a nuestros sentimientos en tragedias más cercanas.
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