Descanso sin sustos

Imagínense ustedes que son las doce de la noche de un domingo, en que usted camino de la nueva jornada laboral del lunes, duerme como un angelito. De repente, le sobresaltan ruidos procedentes de su balcón como si alguien intentase acceder a su vivienda. El plácido sueño se transforma en un susto monumental hasta que usted comprueba, con el corazón en un puño, que solo son los operarios montando entre gritos y ruido de maquinaria, los adornos navideños de lo cual ni se han molestado en avisar a los sufridos vecinos, pues al fin y al cabo, nada más normal que reventar el descanso nocturno para hacer algo que perfectamente se puede realizar de día -aunque no tenga tanta gracia ni misterio-.

Trabajos nocturnos

Sería, por cierto, interesante conocer las condiciones laborales de quienes son obligados a estos trabajos nocturnos. Pues todo esto ha sucedido en nuestro querido barrio de Irala donde ya conocíamos el celo municipal por la calidad de vida de los vecinos. Hasta la próxima.