Tengo 17 años y estudio 2º de Bachillerato. También, tengo una discapacidad física que supone algunas limitaciones en mi vida. Por eso, quiero manifestar mi preocupación sobre un tema que afecta a muchas personas con movilidad reducida, el uso indebido de las plazas de aparcamiento para personas con discapacidad. Desafortunadamente, muchos son los ciudadanos que no respetan este derecho vital y se aprovechan de una necesidad ajena para su propio beneficio, bien sea por comodidad o por un motivo meramente económico, que les supone no pagar en el parquímetro de la zona azul. Y digo necesidad, porque la autonomía de gran cantidad de personas depende de estos lugares reservados. Es injusto que personas sin el distintivo correspondiente o haciendo mal uso de él, dificulten las actividades diarias de tantos afectados. Es lamentable la falta de empatía de aquellos que dejan su vehículo sin respetar lo que parece ser una “simple señal”. Pero no se trata de respetarla para cumplir una ley, sino de ponerse en el lugar del otro. Esto se traduce en una inmensa falta de humanidad, consideración, solidaridad, egoísmo… ¿Cómo te sentirías si tu única opción para desplazarte a un determinado lugar es arrebatada por alguien que no tiene ninguna dificultad? Probablemente frustrado, a la par que discriminado. Cabe hacer una mención a aquellos que contribuyen a la inclusión anteponiendo los derechos a las comodidades. Paralelamente, quiero mostrar mi más profundo agradecimiento a los policías que verdaderamente se implican en perseguir estos actos que limitan la vida de muchas personas. Soy consciente de que este texto puede ser insignificante en la sensibilización de esta cuestión, pero ojalá estas palabras lleguen al corazón de todos los lectores para construir un mundo más justo.