Carta a Gontzal Mendibil
He leído su artículo (DEIA, 8-2) ¿A qué euskera se refiere Vd., al que aprendió de su padre y madre en Zeanuri o al heuskeranto-batua, que Vd. habla? Para Vd. todo va viento en popa. A primera vista, parece que todo va a favor en lo relativo al euskera, pero el verdadero euskera, el milenario,, el de los euskalkis, sobre todo el bizkaiera, va desapareciendo. Todo en aras de algo inventado en los 60 del XX, el heuskeranto-batua, un esperanto euskérico para “unificar” los euskalkis milenarios (en realidad para suprimirlos). En el el heuskeranto que Vd. habla no se entenderia con su padre y su madre, que hablaban euskera bizkaiera, que difiere mucho en verbo y morfología del heuskeranto. El euskera bizkaiera muere. Como Vd. dice: “Una lengua no se pierde porque quien no la conoce no la aprende, sino porque quien la conoce no la habla. El euskera que no se usa, muere, como muere el corazón que no se mueve”.