Los vascos se caracterizan por su poca imaginación: se divierten haciendo deporte o leyendo literatura difícil de digerir. Lo natural es dormirse frente a los anuncios de la tele, telediarios manipulados o los amores de Belén Esteban. Pero se ha formado un grupo que se divierte viendo las tertulias televisivas de cadenas españolas cuyos tertulianos son dirigidos por agitadores con currículum acreditado durante el franquismo y la Transición.

Gran parte de ellos son de extrema derecha a los que los servicios policiales filtran información o noticias que interesan a sus partidos o a los grupos de presión propietarios de esos medios que difunden ideología del enemigo que es el nacionalismo catalán y vasco y grupos españoles de izquierdas. Las tertulias más agresivas publican fake news de Euskal Herria y Catalunya y defienden a los jueces españoles que incumplen las sentencias de los tribunales internacionales que contradicen las suya propias. Las reuniones del grupo de amigos para ver los programas son en directo o grabados y en cada sesión existe un moderador para mantener el orden y las expresiones críticas que provocan los tertulianos; las más ingeniosas se graban y se reparten entre los presentes.

Como en el caso paradigmático de la Presidenta de Madrid, ADA, que insultó (hijo de p.) a Pedro Sánchez en el debate de investidura. Cuando se hicieron públicas las imágenes, ella lo negó indignada, afirmando que su exclamación fue: “¡Me gusta la fruta!”. Obviamente la reacción de los televidentes fue de antología, pues se difundió por todo el mundo el “programa de las frutas” de Díaz Ayuso.