En pleno invierno enseñan la cabeza de colores, cucando el ojo del sol para saludarte. En el bancal, coloca los primeros de color amarillo seguido de violeta y después el rojo, corazón blanco y amarillo. Hay que cuidar los detalles, la sensibilidad y la historia. Esas sencillas y hermosas flores son la sonrisa de la tierra, son expresión que manifiesta alegría y felicidad de vivir en un lugar tan simple de tierra abonada, rodeado de árboles pelados por el invierno casi todos y junto a gente forrada de bufandas, guantes y abrigos que camina deprisa no se sabe a donde. Ellos esperan que les mires y les saludes.