Las casualidades no ocurren por motivo especial o extraordinario, sino porque hay algo más oscuro de fondo... A primeros de mes, a algunos (no todos) nos abonan la nómina. ¿Saben cuál fue mi sorpresa? El sábado fui al banco para sacar mi dinerito y la maquinita estaba rota. Poniendo como excusa que no se actualizaba la libreta y ni tampoco la tarjeta y teniendo en cuenta que estábamos en pleno puente, mejor que no me fuera a otro banco porque como bien sabemos te cobran comisión. Y, mientras, tu dinero pasa más tiempo en el banco y más intereses les produce. Así es el nuevo corralito. Mis ahorros ni quiebran, ni se fusionan, ni bailan al son de los mercados bajo mi cama.