Los colores de la muerte
Habiendo tantos expertos y condenadores de oficio que ejercen de ello según de dónde venga la muerte, no entraré en valoraciones ni comparaciones sobre el horror de lo que acontece en Israel y en Palestina. Solo quiero mostrar mi dolor por las imágenes de una chica de veinte años desnudada y vejada en la parte de atrás de un vehículo por valientes patriotas que ensalzan a su dios como promotor de esa acción. O por la noticia de cuarenta bebés degollados en varios kibutz (matar niños ensucia cualquier acción de defensa o ataque). O por el vídeo de otros insignes barbudos persiguiendo a chavalitos desarmados hasta asesinar como conejos a centenares de ellos. Supuestamente en nombre de una visión diferente y arraigada, por lo que vemos, de una religión, visión que es la misma que sirvió para la campaña de terrorismo del ISIS, los atentados del 11-S, los de París o los de cualquier otra parte del mundo. Se nos han olvidado, al parecer. Ahora se justifica vergonzantemente y con el morrito torcido a estos terroristas porque tienen una causa justa y algunos progresistas doctrinarios lo saben y nos lo dicen. Saben distinguir entre terroristas buenos y malos, entre patriotas y fascistas. Irán tiene un régimen fanático que niega el Holocausto y busca eternamente la destrucción de Israel, dicen que mediante la financiación y entrenamiento de terroristas. Un régimen que siembra el terror en su propio país, especialmente con las mujeres. Y mira por dónde ese régimen comparte algunos objetivos con una parte de los defensores de los DDHH y con responsabilidades políticas en el Estado español. Eso lo decía la caverna mediática española a cuenta de Podemos y nos cabreábamos. Un digital de izquierda titulaba Histórico ataque de Hamás y Brutal reacción de Israel. Sin comentarios