Sábado, 23 de septiembre, 18.30 horas. He vivido y sufrido, en tan solo diez minutos, situaciones hilarantes, por no decir indignantes:
1.- Zazpikaleak, unidad procedente de Kabieces, segundo vagón, primera puerta: señora con perro grande que supera de largo los 9 kilos.
2.- En la segunda puerta del mismo vagón había goteras que dejaban el espacio impracticable para el usuario.
3.- En la estación de Santutxu, el tercer tramo de escalera de subida parado.
4.- Y ya en la salida un señor montado en su patinete.
Dónde estaban los responsables de las estaciones, el tren y la seguridad es una incógnita, insisto, burlesca, por no decir vejatoria.