En los últimos años el patinete eléctrico se ha convertido en una de las opciones más utilizadas para moverse por ciudad, y esto se debe, en parte, a que no es necesario disponer de un permiso de circulación especial para la conducción de este medio de movilidad personal. Se supone que las normas son para todos y que están para cumplirlas, sin embargo, la realidad es bien distinta y la sensación generalizada es que esto, de seguir así, va a empeorar. Fomentar el conocimiento de la normativa con una formación obligatoria sobre las normas de circulación, y hacer una campaña específica de sensibilización podría ser un buen punto de partida. Si las administraciones no toman pronto cartas en el asunto, el incremento del índice de siniestros provocados por los patinetes eléctricos va a ir en aumento, debido, sobre todo, a que estamos hablando de un medio de movilidad personal, que por ser económico, ligero y práctico para los desplazamientos cortos, resulta cada vez más atractivo y continúa ganando adeptos. Por el bien de todos, es hora de coger el toro por los cuernos y enfrentarse al problema sin mayor dilación o el patinazo está garantizado.