Hay una escena que se repite mucho en las películas yanquis de acción. A una persona le han volado de un tiro media cabeza y el buen samaritano de turno se le acerca y le aprieta la herida con un pañuelo para que no se le desparramen todos los sesos, mientras le dice con entusiasmo fingido “tranquilo, todo va a ir bien”. Supongo que el cuasi difunto pensará “este tipo se cree que soy idiota” antes de entregar su espíritu.
Pues algo así me pasa a mí respecto del pollo montado entre la policía autonómica vasca de 1982 y el gobierno ídem. No tiene pinta de acabar bien la cosa pero aunque así sea ¿Cuánto se va tardar en reparar el daño causado al prestigio de la Institución que con tanta ilusión se restableció? Soy muy pesimista al respecto, aunque la memoria de la sociedad actual es muy justita. Y no soy más explícito porque me da cierto miedo, lo cual es bastante triste después de haber vivido un trozo de la primera parte del franquismo. Ahora parece que viene desde España la segunda parte.