Se estima que al menos una de cada 5 madres y uno de cada 10 padres experimentan trastornos de ansiedad o alteraciones del humor durante el embarazo, parto y hasta 12 meses después, en todo el mundo. Mujeres de todas las culturas, edades, nivel económico o raza pueden desarrollar problemas de salud mental que ponen en peligro su bienestar y la capacidad de cuidar de su bebé, afectando también a su relación de pareja y al bienestar de toda la familia. Sin embargo un 75% de estas mujeres no son diagnosticadas y por tanto no reciben el adecuado tratamiento y apoyo. Debemos poner el foco en la necesidad de sensibilizar a la población para descartar la idea de que desear, esperar y tener un hijo no es siempre un camino de rosas y a los profesionales, de la necesidad de prevenir, detectar y abordar los problemas cuando ocurren. El apoyo y la atención sanitaria y social en esta etapa tan crucial de la vida debe estar garantizada, con acceso para toda la población, especialmente para la más frágil. A toda la sociedad, y no solo a los padres y madres, nos va mucho en ello.