Obligar a una mujer que ha decidido abortar a escuchar el latido del feto es una crueldad. Lo mismo que prohibírselo a la que lo pida. Es lo que tienen los extremismos. Que quieren decidir por ti. Y nadie debería obligarte a abortar, lo mismo que nadie debería obligarte a gestar. Una mujer jamás pasa por ese trance de manera indemne. Nunca.