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Cartas al director

Construyendo la paz

Construyendo la paz

La seguridad de los países no se debe asentar en comprometer la seguridad de otros países. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, admitía que Ucrania no será miembro de la OTAN. En la era de la perestroika, en los tiempos del último presidente de la URSS Mijail Gorbachov, EE.UU. prometió verbalmente que la Alianza Atlántica no avanzaría "ni una pulgada" hacia las naciones del este. Esta promesa al presidente soviético la hizo en 1990 el que fuera entonces secretario de Estado estadounidense, James Baker. El Kremlin insiste desde hace meses en que la OTAN engañó a la URSS y a Rusia con las ampliaciones que llevó a cabo en 1999 y en 2004. Esto motivaría la demanda de Moscú de vetar el ingreso de Ucrania y de Georgia en la Alianza militar occidental. EE.UU. fijó hace tiempo su interés geopolítico y geoestratégico en esta zona antigua integrante de la Unión Soviética a través de la cual es más fácil el acceso y el control del Mar Negro. Ucrania ya era un auténtico polvorín. Estaba desde hace ocho años en guerra interna. Un conflicto que no conmovía a la opinión pública porque se circunscribía a este territorio; y el foco mediático no se fijaba tanto en él porque no suponía una amenaza global, como lo es ahora la invasión rusa. Rusia, en efecto, no es un socio cómodo en un mundo que camina hacia el globalismo. En torno a este país, con rasgos de autarquía, gira una amenaza hacia Europa. No olvidemos que es una potencia nuclear. Tampoco EE.UU. ha contribuido en absoluto con Biden en trabajar por la estabilidad y por la paz en la zona. Al final la seguridad europea depende del estado de las relaciones entre estas dos grandes potencias: Rusia y EE.UU., por lo que el diálogo es crucial, el llegar a acuerdos, negociar y hacer ambos concesiones para la seguridad militar en Europa, y en el mundo. Una invasión es fruto del fracaso de la diplomacia. En occidente se perciben con menos temor las incursiones militares de EE.UU. que las de Rusia. Ambas son dañinas, causando sufrimiento, aunque con distintos intereses en juego.