Una plataforma televisiva ha retirado Lo que el viento se llevó, acusada de racista. El racismo es una lacra social, una reprobable miopía intelectual y un pecado, pero somos millones quienes la hemos visto durante décadas precisamente porque no hace apología del racismo, ni se burla de ninguna raza. Intentar prohibirla es un ataque frontal a la libertad intelectual que amenaza nuestra libertad de pensamiento y de expresión y, con ellas, la cultura. La censura política es una diabólica tentación de poder absoluto. ¿Censura? No, gracias. Nos gustan la cultura y los colores.