El debate en torno a la actuación de C. Tangana no es malo, es hasta necesario para ampliar perspectivas, contrastar opiniones, producir elementos de juicio y análisis. Los debates no hacen daño. Lo que es perverso e insufrible son los hechos. Julio ha sido un mes plagado de violencia machista con un resultado de 9 mujeres asesinadas. 38 desde enero. Esto sí es brutal e intolerable. Hablar de censura y de libertad de expresión con lo que llueve sobre las mujeres, me parece poco menos que banal y un buen intento de desviar la atención. En Madrid se ha ejercido la censura ideológica contra otros artistas que no piensan como el PP y sus acólitos y si seguimos por ese camino volveremos a ser una sociedad dictatorial con peligro de reproducir conductas fascistas que creíamos alejadas. La raíz del asunto es más profunda. Se trata de construir de forma integral y transversal una sociedad justa, igualitaria y equitativa y eso se empieza por arriba y por abajo. Con políticas preventivas y penalizadoras y con educación feminista desde la infancia. Mientras tanto, para aclarar cuándo algo fomenta el machismo solo tienen que cambiar la palabra mujer por etarra, ya verán qué rápido identifican todos los gobiernos de todos los colores cómo aplicar el Pacto antiterrorista. Los asesinatos de mujeres todavía no conmocionan lo suficiente, a tenor de los debates.