Para ser buen político solo hace falta ser natural, honrado y buena persona, responder sobre todo a lo prometido siendo coherente con sus promesas electorales. Por ello, creo que unos políticos que se presentaron apostando por la independencia siempre deberán ser coherentes. Si prometieron esos ideales y nadie les exigió o aclaró en que eso era ilegal, debiera entenderse que han obrado legalmente. En España, siempre se les ha recordado a ETA y otros que la independencia es posible sin violencia. O bombas o votos. Siendo eso así, lo que falla es que la Constitución española se hizo con trampa democrática, porque no es posible tal y como lo interpretan ahora. Desde los padres de la Constitución, que hicieron más bien un corsé o jaula en que con los números nunca es posible para las nacionalidades históricas y al contrario para los constitucionalistas en las que siempre ganarán. Y más aún con las barajas con que juegan: el de la cuestión de Estado. No es extraño que luego salgan de sus cuarteles con vítores y el “a por ellos”, dando a entender odio y que siempre nosotros seremos perdedores y enemigos y ellos los ganadores victoriosos. Lo contrario de lo que ellos llaman convivencia. A vascos y catalanes nunca se nos ha convencido, cuando nos sobrecargan de años de cárcel, torturas y exilio por nimiedades y a los suyos los verdaderos golpistas de Estado, tipo Tejero, les caen pocos años y aún así les indultan. Sembrando odio, tarde o temprano quedará rota su España Una.