Hacienda somos todos, dicen, lo que pasa que unos lo somos más que otros. Allá cada cual con su conciencia y su manera de proceder. No me cabe duda de que a pesar de las injusticias, desigualdades y desproporciones cotidianas que nos rodean, todo cae por su propio peso y más tarde o más temprano a cada cerdo le llega su San Martín. Espero.
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