La desvergüenza de los neocensores
Produce estupor cultural que colegios vizcainos hayan cambiado letras de villancicos para “secularizarlas” o cantar al “solsticio de invierno”, y que la UPV haya convertido la letra del Agur Jaunak en “laica e igualitaria”.
Este es un ataque frontal a la cultura, al derecho de acceder a los bienes culturales tal como los crearon sus autores, sin manipulaciones (violación especialmente grave con la infancia). Recuerdan a aquellos censores que hicieron pintar ropajes a los desnudos de Miguel Ángel o a la censura franquista, que hizo el ridículo encubriendo el adulterio de Clark Gable y Grace Kelly en Mogambo presentándolos como hermanos, convirtiéndolo en un incesto clamoroso. La tolerancia no es excusa. Al revés. Intolerancia es no respetar la letra de un villancico o del Agur Jaunak y adulterarla. Toleren sus letras o no los canten, pero no violen la voluntad del autor, que le puso esa letra, y se aprovechen desvergonzadamente de su música.
Finalmente, es una involución cultural sustituir la Navidad por el “solsticio de invierno”, como en la Alemania nazi. No hemos pasado por la Ilustración para retroceder a adorar al sol o a fuerzas telúricas, sino para proclamar los derechos ciudadanos y el progreso del espíritu humano..