Señores Rivera, Sánchez y Rajoy. Ya puestos en faena, aprovechen la euforia y, como aquel quien no quiere la cosa, intervengan de una vez Gibraltar. Gibraltar según ustedes es español, ¿no? Pues échenle huevos, coño. Demuéstrenle a los británicos su poder.

Entren por la verja (iron fence en inglés), usando los mismos instrumentos que el pasado día 1 de octubre, y entren en el Peñón al grito de “A por ellos, oé... Yo só epañó, epañó, epañó”.

Aprovechen que también hay un puerto para mandar al Piolín (Twitty en inglés). Venga, ¡no se corten! Es triste. Y es curioso que el 4 de agosto de 1704, durante la llamada guerra de Secesión, los ingleses intentaron tomar Barcelona desembarcando 3.000 soldados que fueron repelidos por la guarnición catalana y se fueron con el rabo entre las piernas hacia el estrecho de Gibraltar y encontrándose la Roca desprotegida aprovecharon la ocasión y la invadieron, quedándose en ella hasta que mediante el tratado de Utrecht de 1714 pasó definitivamente a su propiedad.

Parece que entonces no había tantas dificultades para negociar. ¿El ardor guerrero de la corona de Castilla no era tanto como el de los piolines de hoy? ¡Los españoles no pueden con Gibraltar! ‘Que manden a los piolines con Rajoy al frente!