Con estas líneas quiero hacer referencia al artículo publicado el pasado día 13 y titulado Un paseo por los órganos de Euskadi. Soy nacido en Begoña y suscriptor de DEIA y por supuesto me gusta el rigor informativo y ante una omisión importante por parte del periodista que realizó el artículo, me veo en la necesidad de dejar constancia de la existencia en su día de la fábrica de órganos Nuestra Señora de Begoña que se instaló en la calle Carmelo y cuyo propietario y constructor de órganos y pianos fue don Juan Dourte, que no solo los hizo para diferentes ciudades del Estado, sino también para varios países americanos, así como para Filipinas. Por tanto, me gustaría que si se han completado dos páginas sobre los órganos musicales de Euskadi se hiciese mención a dicha fábrica tan cercana a todos nosotros, ya que son muchas las personas que aún la recuerdan y nos disgusta el olvido de aquellos datos que forman parte de nuestra historia de Begoña.