Conscientes de que nuestros hijos e hijas, nativos digitales, no pueden ser analfabetos en materia tecnológica ni en el presente ni en el futuro, debemos tener cuidado con el uso que de los dispositivos permitimos hacer a los niños y niñas.
Cuidado con dónde ponemos el foco de la innovación en la enseñanza. Ya empiezan a publicarse estudios que reflejan un aumento de problemas de visión, auditivos, dolencias relacionadas con el sistema nervioso y lesiones musculares varias. A lo que tenemos que sumar los problemas de tipo social.
Como subraya Julio Fontán, la clave no está en la innovación tecnológica, sino en la innovación pedagógica con un adecuado empleo de la tecnología.
Todos los niños y niñas son iguales en algo, en que cada uno de ellos es único y diverso y en que todos ellos son sujetos sociales. Hemos de alinear la naturaleza de cada uno de ellos con el aprendizaje y con los medios que empleamos para afrontarlo del modo más enriquecedor. No olvidemos que el protagonista del aprendizaje debe ser el niño o niña. Los excesos nunca son buenos.