Cita para reflexionar. La alcaldesa de Berga, Montse Venturós, de la CUP, ha sido detenida por los Mossos d’Esquadra por negarse a comparecer ante el juez por no retirar la estelada del Ayuntamiento tras ser requerida por dos veces por la autoridad judicial. Resulta grotesco que en el siglo XXI un juez impida que un ayuntamiento pueda lucir la enseña catalana porque las leyes españolas lo prohíban. En este episodio hay tres referentes significativos: el gobierno central, que con su afán provocativo, ordena la detención de la alcaldesa del partido antisistema CUP; el segundo, los desprestigiados Mossos D’Esquadra, que a las órdenes del indeciso conseller de Interior de la Generalitat, hacen cumplir la orden judicial obligando a la alcaldesa a comparecer ante el juez; el tercero, el juez que toma la iniciativa, demostrando una vez más que la independencia de la que hacen gala es un paso más para politizar la justicia, como es ya proverbial cuando se carece de razones. Las instituciones catalanas han denunciado la actuación del juez ante los tribunales europeos y es de esperar que declaren la detención no ajustada a derecho. La CUP sí debe cumplir las leyes pero no los partidos que aceptan el sistema judicial español. Se acusa a la CUP de ser un partido antisistema. En ese aspecto sí son antisistema y sus decisiones políticas en los organismos en los que gobiernan son coherentes con su ideología, aunque los jueces lo impidan por la fuerza. Por eso, es de resaltar la lógica de su actitud.
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