Los resultados del último informe PISA han disparado todas las alarmas. Entre los padres, los profesionales de la enseñanza, los partidos políticos.... Todos piden responsabilidades y, en cambio, pocos son los que aportan soluciones. Seguimos con la misma manía, por no llamarlo de otra manera, de considerar la enseñanza un tema político, y así nos va. Pero sin tener argumentos ni conocimientos para aceptar o rechazar los resultados del informe PISA, creo que no se tiene en cuenta, a la hora de buscar las causas, a lo que podríamos llamar la otra escuela. Me refiero a la familia, que también tiene mucho que aportar en la tarea de la enseñanza de sus hijos, y en algunos casos, mucha culpa de los resultados que revela el informe. En muchas ocasiones, hablando con profesionales de la enseñanza sobre el nivel de atención e interés que manifiesta el alumnado en clase, me comentan la mochila (y no con libros) que muchos de ellos y ellas traen de casa, como consecuencia de la situación familiar en la que viven. Sin duda se refieren a padres y madres en paro, con problemas económicos, familias desestructuradas, padres separados y en muchas ocasiones enfrentados, jóvenes tutelados por los abuelos, etc. Así es que, tenemos un problema, pero no lo solucionaremos, solo, con decisiones políticas, y menos, si olvidamos la otra escuela.