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Antonio Hernando y ‘La metamorfosis’

Frank Kafka nos describe magistralmente en su obra La metamorfosis el proceso de transformación de Gregorio Samsa en un repugnante insecto. Seguramente don Antonio Hernando conoce esta joya literaria y en algún sentido la ha interiorizado. No convirtiéndose en insecto, pero admitiendo que su propia metamorfosis mental es un proceso normal para los que viven de la política como es su caso. Se constituyó como el ideólogo de la campaña para que el secretario general de su partido, el PSOE, intentara desbancar a Rajoy de la presidencia del Gobierno. Fue quien ideó el ingenioso eslogan No es no. Suya fue la oferta al PP para explicarles “qué parte del no no entienden” . Son contundentes sus apariciones en los medios enfatizando que el enemigo del PSOE era Rajoy y que el PSOE no se abstendría en la investidura. Admirable su vigor, convirtiéndose en el terror irreductible para el PP. Nuestro héroe comprobó que los barones del partido y Felipe González se decantaban por colaborar con el PP para que Rajoy fuera investido presidente, algo tan insólito como pasarse en la guerra al enemigo, Como consecuencia del navajeo y las luchas subterráneas, Pedro Sanchez fue defenestrado como secretario general. Pero he aquí que don Antonio, el terror de los abstencionistas emboscados, se desliza silenciosamente y se pasa con armas y bagajes al enemigo, sufre la metamorfosis del abstencionismo, de manera que Rajoy logra la presidencia. Su caída del caballo es tan profunda, que incluso le mantienen como portavoz para defender con la pasión del converso ante la tribuna de la cámara en un discurso histórico en favor de la abstención, desde la que horas antes arengó a sus correligionarios con una pieza retórica defendiendo con pasión el No es no. En el terreno de las ideas ser flexible es una cualidad, pero jugarse el puesto y el sueldo a cambio de los principios es muy duro y convertirse realmente en un insecto. Además de quedar en la calle, donde hace mucho frío. Don Antonio es el ejemplo de la fortaleza ideológica de nuestros políticos y en especial, los socialistas, que han escenificado su suicidio colectivo dirigido por el Comité Federal y relatado por San Juan en el Apocalipsis.