Soy defensor del derecho democrático de las y los catalanes a expresarse en referéndum sobre su voluntad política como nación. También soy defensor de ese derecho para Euskadi. El 31 de octubre de 2018 nuestra Constitución -no refrendada por el pueblo vasco en su día- cumplirá 40 tacos. Sin llegar a presumir de su posible entrada en la crisis de los cuarenta, sí que creo que va llegando a esa madurez unida a responsabilidades más profundas. Por ejemplo, atendiendo al pueblo vasco y al catalán, unas responsabilidades que entonces quizás no era posible ni deletrear. Euskadi es una nación. Catalunya es una nación. Y hay que mover la Constitución para integrarlas como hechos nacionales y adecuar todo un articulado como tales. Así lo creemos millones de españolitos. La ambigua entrada del concepto de “nacionalidades” en el artículo 2 de nuestra Constitución merece una reconsideración a día de hoy, inundados hasta donde podemos y hasta donde nos dejan de nuestro espíritu europeo.
Viendo a Francesc Homs, al cual le doy todo, todo mi apoyo, tras su comparecencia en el Supremo me vino a la cabeza esa coplilla que integra Juan de Loxa en su ?Y lo que quea por cantar que dice así: “Hoy le han disparao a mi niño/ por robar una manzana. / ¡Qué culpita tiene el árbol, / de lo que pase mañana!”.