A duras penas subsiste en la ría de Bilbao un reducido espacio al que, eventualmente, aprovechando la bajamar, las aves migratorias acuden exhaustas a alimentarse: la Vega de Lamiako en Leioa. Este antropizado refugio de vida junto a la carretera BI-711 presenta múltiples peligros derivados de la acción humana, algunos fácilmente enmendables como es el caso de las descomunales pantallas de cristal de varios concesionarios de automóviles existentes en la zona. Las aves, ante la falta de balizamientos apropiados, se estampan contra la gran barrera de cristal. El pasado 18 de septiembre pude comprobar personalmente como dos ejemplares de la especie Mosquitero Común yacían muertos frente a los expositores de coches y un tercer animal de la especie Papamoscas Cerrojillo permanecía inmóvil en el suelo, incapaz de retomar el vuelo. El servicio del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de la Diputación Foral de Bizkaia -que atiende en el teléfono 94 677 48 52- fue excelente y, a la media hora de la llamada telefónica, un agente forestal de Base Gorria se presentó en el lugar para recoger al ave herida.
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