Últimamente no doy crédito a infinidad de cosas que veo en mi día a día. Cosas que tiene que ver con el respeto al de al lado y con la más básica educación. Y me pregunto a menudo si precisamente cuando la educación es cada vez más accesible y cuando también tenemos más acceso a la información sobre infinidad de temas, normas y normativas... es entonces cuando parecemos más incivilizados. No sé si será por llevar la contraria o porque determinados signos no se saben interpretar pero en cantidad de situaciones observo que el respeto al prójimo se lo salta mucha gente, y cada vez más, a la torera.

En los paseos acondicionados para compartir espacio ciclistas y peatones, vemos a los segundos caminando por la zona habilitada para las bicis y a su vez a estas circulando junto a coches, autobuses y camiones por carreteras que en ocasiones discurren en paralelo con bidegorris. Si en las escaleras mecánicas de acceso a las estaciones del metro hay que ponerse a la derecha para dejar paso por la izquierda a quien vaya más rápido, muchos usuarios lo hacen al revés o, si van en pareja, no dejan paso. El dejen salir antes de entrar se ha pasado de moda. Las papeleras, están muchas veces de adorno. También los pasos de cebra, los intermitentes de los coches... Y así suma y sigue. Lo que digo, mucha educación, poca civilización.

Lorea Agirre Bilbao