Contigo ni pan ni cebolla, se dicen los unos a los otros en el parlamento, ese recinto construido para que los políticos lleguen a acuerdos, ese que poco a poco se ha ido transformando en punto de decretazo y desdiálogo. Y así nos muestran los cosmofuerzas qué sencillo es gobernar un País con una cuadrilla en funciones. Deducimos los civiles semianalfabetos, también llamados desempleados de alto standig, que mientras no falten administrativos que cursen recibos, impuestos, multas, citaciones, sentencias y notificaciones, todo puede funcionar igual de mal que siempre. Igualmente, que mientras haya radios, braille, barrenderos, electricistas, panaderos, farmacias, bares y alguaciles todo rula. Es claro que las autonomías pueden autogobernarse y sobra centralismo. Si durante un año se ha demostrado que el puesto más importante en España es administrativo pocas dudas hay, además, de que el trabajo más importante de España pueda ser flexibilizado y ocupado de forma temporal por cualquier ciudadano con conocimientos administrativos. Cuantas más personas conozcan la administración por dentro mayor número de candidatos políticos óptimos tendremos para elegir. La élite política actual deja mucho que desear. Somos tantos los que vivimos arrastrados desde hace tiempo que nos sentimos inmersos en un golpe de estado. Por los suelos estamos muchos, sí, por los suelos.
Mª Ángeles Landa Gasteiz