Uno no puede remediar vivir en un estado de indignación, alarma y temor, cuando lee la página de sucesos. Según mi entender, ignorancia y desconocimiento de los entresijos de las leyes, observo lo fácil y gratuito que en este país es ser delincuente. Uno ve como los delincuentes, nacionales y de importación, tienen patente de corso, ya sea atacando ancianas, asaltando empresas, allanando moradas, violando... Parece ser y es, que esta gentuza tiene todas las garantías de la justicia, en este País de locos donde el delincuente parece la víctima y la víctima el delincuente.
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