Con todo el respeto me dirijo a usted a consecuencia del acto que tuvieron hace días en Durango para celebrar el Día de la Rosa. Parece, señor Sánchez, que usted solo viene aquí, a Euskadi, para celebrar ese tipo de actos y cuando hay elecciones, pero jamás le he visto llevar ningún ramo de rosas al símbolo que hay en Artxanda denominado La Huella. Es un símbolo dedicado a todos aquellos que luchamos en este país por defender la democracia, la república y a Euskadi, donde murieron población civil, milicianos, gudaris y, cómo no, también batallones socialistas. La gente mayor y los pocos milicianos y gudaris que quedamos y sufrimos a Franco y al fascismo internacional jamás le hemos oído pronunciarse por ese otro terrorismo al que fuimos sometidos. Acuérdese, señor Sánchez, de toda aquella juventud socialista que fue machacada por Franco.

El pasado 19 de abril nos hicieron un homenaje en Elgeta a todos aquellos gudaris y milicianos que aún quedamos con vida. Fue un acto fantástico en el cual estuve presente y fue muy emocionante. Desde aquí me gustaría agradecer a todos los organizadores y representantes institucionales allí presentes, pero no le vi ni a usted ni a ninguno de sus colaboradores del Partido Socialista Obrero Español.