La pastelería Arrese de Bilbao ha recorrido el tiempo como si de un vulgar trapo se tratase... Parece que fue ayer cuando Ildefonso Arrese fundó la pastelería en las Siete Calles bilbainas. Hoy, la tienda que hace esquina con Gran Vía va camino de cumplir los noventa años, cuando el nombre de Arrese como confitería lleva ya 162 años sobre la faz de la tierra. Por ella han pasado todo tipo de delicias. Desde ricas palmeras de chocolate a sabrosos turrones navideños, pastas de té únicas o la deliciosa tarta Sacher, en mi opinión, una mejora de la receta original traída de Viena. Blake Edwards nos dejó claro en El Guateque, con Peter Sellers, que una fiesta puede convertirse en un desmadre por un “invitado que de la nota”... Y lo mismo ocurre con Arrese y su producto estrella, la trufa. El mundo se convierte en un desmadre de amor y felicidad que te envuelve con esos deliciosos polvos de cacao que se quedan en el labio. Después, para más inri, sacas la lengua y los saboreas, dejando tras de sí una estela de muerte por el chocolate.
