Morosidad, la vergüenza de un país
No es necesario irse a las empresas del Ibex 35 que cotizan en Bolsa para saber que la media de pago a los proveedores, clientes y demás, por parte de todo Dios, arroja unos datos escandalosos. Plazos que triplican, por lo menos, el máximo fijado legalmente para 2013 (60 días).
Y lo que es intolerable es que el Estado y los gobiernos autonómicos no hagan nada efectivo para atajarlo, y no lo hacen porque estos se mantiene sobre las espaldas y los esfuerzos de miles y miles de autónomos que soportan, eso sí cada vez menos, esta insostenible situación.
Sintrabi lo ha venido denunciando desde hace mucho tiempo en todos los foros institucionales y medios de comunicación, y ha tenido la callada por respuesta porque no interesa a la Administración dejar de seguir manteniendo el entramado de esta sociedad a costa del sacrificio de pequeños y medianos autónomos.
Transportistas en nuestro caso, que con su trabajo mantienen a empresas y agencias de transporte en manos de auténticos sinvergüenzas y ladrones con total impunidad. Y la Administración consiente. Ya se cuidó el legislador de no recoger en la ley un régimen sancionador aplicable en caso de incumplimiento de los límites de pago.
Basar un sistema económico en un mercado al que califican de libre competencia es cuanto menos un eufemismo y cuanto más una inducción al suicidio de quienes sostienen, en gran medida, a este país: los autónomos, hasta que la burbuja estalle irremediablemente y de la peor manera posible.
Carmelo González