Betirarte Jesús. Soy de los afortunados que he conocido y tratado con este pequeño gran hombre, comprometido social, cultural y religiosamente con su pueblo.
Le conocí en Ondarroa cuando yo tenía apenas dieciséis años y él junto con Emiliano Iturraran llegaron a hacerse cargo de la parroquia. Fueron tiempos muy duros y no reconocidos debidamente para ellos, pero dicen que el tiempo da la razón al que se la merece.
Toda persona que como yo haya tratado con Jesús, reconocerá la valía de este hombre bueno, desprendido, abierto y generoso con todos. Yo personalmente tengo mucho que agradecerle, hoy, me embarga una gran tristeza y no me queda más que hacerle este pequeño y merecido homenaje, en el grato recuerdo de la última vez que coincidimos con un grupo de amigos y nos decía feliz que este año celebraba su cincuenta aniversario de cura y que lo celebraría con toda su familia.
Ahora lo celebrarás con tu tocayo Jesús, en esa gran mesa en la que seguro tendrán lugar preferente y en el cual ni estarás quieto ni callado.
Siempre estarás con los que te queremos. Un abrazo a tu familia y a los tuyos que te lloran en Ondarroa. Betirarte Jesús.