En Estados Unidos y en muchos países de Europa los estudiantes quieren ser empresarios y hay una sociedad que fomenta que sea así, de forma que están como locos por terminar la universidad para salir a comerse el mundo. En el Estado español nuestro de cada día, el 70% de los jóvenes sueña con ser funcionario; el 28% restante quiere ser famoso y ganarse la vida dando exclusivas en los platós de la televisión rosa y nos queda un miserable 2% para darnos de comer cuando seamos abuelos. Así no vamos a ningún sitio. Con lo sindicalizado que está el sistema educativo tampoco se puede tocar ni hacer nada con él. Lo mejor es crear una red paralela de colegios concertados que fomenten el esfuerzo, la competitividad y la excelencia, con profesores con currículums brillantes, con una formación profesional desarrollada mitad en las aulas y mitad en las empresas.